Escrito N° ADT
Rompecabezas Infinito
Como un pez nadando en un mar gris de incertidumbres, dudas y un sin fin de ideas que al final solo logran formar una masa suave, densa y transparente como el agua que permite navegar entre millones de piezas de enorme tamaño y de extrañas formas que parecen unirse entre sí, pero nunca lo hacen.
Y en este mar se va
navegando a todos los rincones que este puede proveer, observando más y más
inmensas formas que se mueven a un suave y bello compas, donde no parece haber
fin y que solo se detienen en un momento cuando coinciden algunas, que logran
formar algo por un pequeño momento y vuelve a desaparecer a otro punto de este océano
sin fin.
Logrando alcanzar los
bordes, como tales navegantes buscando los finales de este mar, una orilla bien
encaminada que de descanso al pobre que sigue sin rumbo en el océano, pero para
darse cuenta que solo es una cascada que lo vuelve a conectar con el mar.
Trazando poco a poco a
cada cascada que esta masa sin fin de pensamientos ocasiona, haciendo que cobre
forma este pequeño planeta de objetos gigantes y sin un lugar fijo, donde fluye
todo tipo de fuerza que logra destruir avances y purificar ideales, hasta ver más
allá de lo imposible posible, de la realidad o la fantasía, de esta u otra dimensión,
no solo saber cómo tendrá forma sino interpretar, porque una corriente que no
puedo controlar no me deja reposar en un sitio tranquilo o en un lugar que no desvaríe.
Dando poco a poco forma, logrando
ver un cubo... como un rompecabezas gigantes que nunca se arma, siempre
coincide y para siempre infinito en su creación. Por eso el navegante lo
surca, ese mar de dudas y desvaríos que logran mover estas piezas de enormes
tamaños, con la confianza del que al final de su viaje encuentre el valor de
este sitio y la razón de porque esta aquí.
Un cubo... qué lugar para
perderse...
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